No mires ahora
Hace años, paseando embelesado por Venecia con mi esposa, nos dimos cuenta de que habíamos perdido la noción del tiempo, de que no teníamos ni idea de dónde estábamos, y de que el último vaporetto que debía llevarnos de regreso al hotel al otro lado del canal estaba a punto de zarpar.
Atravesar Venecia a toda prisa, sin un mapa, anocheciendo, cruzando puentes y plazuelas desiertas, y probablemente en círculos es una experiencia que no estoy seguro de poder recomendar.
La memoria te juega malas pasadas. Las imágenes venecianas de aquella carrera las recuerdo con total nítidez y son el recuerdo mas vívido que tengo de esa apasionante ciudad (y fantasmagórica en cuanto desaparecen los turistas). En mi memoria estas imágenes, curiosamente, se confunden con las del estreno de Amenaza en la Sombra (Don’t Look Now, 1973), de Nicholas Roeg.
Roeg es una las muchas decepciones que me dió el cine de los setenta. Afamado director de fotografía que trabajó con Truffaut, por ejemplo, en Farenheit 451 (1966), dio el salto a la dirección con Performance (1970) y parecía convertirse en el nuevo Kubrick cuando tres años mas tarde adaptaba un cuento corto de Daphne du Maurier, Romantic Sludge, y lo convertía en Don’t Look Now. Un trío protagonista formado por Donald Sutherland y la siempre maravillosa Julie Christie, que nunca estuvo mas hermosa y triste, pero por encima de todo Venecia como escenario de este thriller en el que la pareja intenta reponerse de la pérdida de su hija de una forma que no pueden imaginar.
Hay varias imágenes que se me quedaron grabadas de la película, la muerte de la hija en la primera escena, o la cópula de la pareja protagonista, una de las mas hermosas jamás rodadas, intercalada con imágenes del futuro, recurso recurrente en todo el metraje. Lástima que el final no esté a la altura del resto de la película, pero como sólo ocurre con los clásicos no es lo que te cuenta lo que importa, sino el cómo lo hace. Y lo hace de forma sugerente y perturbadora.
Tenía estas imágenes claramente en mi retina, hasta que ayer volví a verlas, y siguen conservando toda su fuerza y belleza, pero también descubrí que cuando se estrenó yo apenas tenía siete años, por lo que es imposible que la viera hasta mucho después.
Menos mal que mi mujer estaba en Venecia conmigo.
¿O no?
Como es de suponer, no conocía la película ni de oídas… pero me llama la atención lo que nos cuentas, así que a ver si la encuentro…
Ya puedo decir que la he visto, y ya puedo decir que me ha parecido francamente inquietante. Hay un detalle de la trama un poco predecible quizás, pero me ha gustado; especialmente la manera en que, como dices, Venecia es la tercera protagonista… aunque sea de una manera tan escabrosa 😉
.-= El último artículo de Tracy Lord en su blog es.. ¿Repetimos? (1) =-.