Gaucho
Si hay un grupo que consiguió acercar e incluso mezclar exitosamente jazz y rock fue Steely Dan. Y digo grupo porque originalmente lo eran, e incluso llegaron a salir de gira hasta su tercer álbum, Pretzel Logic (1974). El relativo fracaso de las giras les hizo comprender que su música no estaba pensada para grandes conciertos por lo que se retiraron para grabar en estudio sus cuatro siguientes discos. En total fueron siete álbumes que representan la que probablemente sea la serie mas larga y perfecta de discos que ha dado la historia del rock, de 1972 a 1980, y que empezó con Can´t Buy a Thrill y acabando en Gaucho con la disolución de lo que para entonces ya era solo un dúo formado por Donald Fagen y Walter Becker. Volverían a reunirse veinte años mas tarde, pero ésa es otra historia porque vamos a detenernos en Gaucho (1980).
Steely Dan siempre fueron unos fanáticos de la perfección técnica, lo cual fue uno de los motivos de su retirada de los escenarios en 1974, dado que con la tecnología de entonces no podían recrear en directo los sonidos del estudio, ya en 1997 sacaron al mercado una edición del CD en sonido DTS, y poco después Universal Music anunció que Gaucho había sido seleccionado para una hornada de discos en el nuevo formato SACD. Sin embargo, el ingeniero de sonido Elliot Scheiner, responsable del proyecto y uno de los mejores conocedores del formato (se puede apreciar su trabajo en la edición de A Night At The Opera de Queen) decidió que la obra merecía una mezcla multicanal totalmente nueva en lugar de aprovechar el master de la edición DTS. Esta decisión causó un retraso considerable en el lanzamiento de la edición SACD, que no salió hasta 2003.
Las cintas originales fueron sacadas de los archivos y totalmente restauradas para la nueva mezcla, y el resultado es simplemente espectacular.
No es Gaucho mi disco preferido de Steely Dan, honor que probablemente se llevaría el inmediatamente anterior, Aja (1977). Sin embargo, la nueva mezcla es soberbia y se puede apreciar cada instrumento con una limpieza y claridad sin parangón y basta el primer corte, Babylon Sisters, para apreciar lo que el SACD ha traido al mundo audiófilo. Lástima que el formato no tenga en España el apoyo que se merece porque sólo por esta obra merece la pena comprar un reproductor, dado que las instalaciones multicanal ya son mas frecuentes en los hogares. En todo caso, esta edición ofrece tres mezclas diferentes, la DSD multicanal, la DSD estéreo, y la versión cd-audio estéreo, que puede disfrutarse en cualquier reproductor de discos compactos. No se podrá disfrutar del multicanal ni de la superior definición, pero es una elección muy recomendable, dado que sólo es ligeramente mas caro que la edición tradicional (en USA, por supuesto, aquí es practicamente imposible de encontrar, pero pulsando en la portada de arriba conseguiréis el mejor precio).
Temas:
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