Spyro Gyra
Segundo concierto del Portón del Jazz, y desgraciadamente no podía quedarme mucho tiempo. Encima la banda salió bastante mas tarde de lo esperado, con lo cual la reseña se limita a los primeros 40 minutos de concierto.
Esta banda neoyorquina (aunque formada originalmente en Buffalo) lleva 25 años en la carretera, y solo permanecen tres miembros de la formación original, Jay Beckenstein como maestro de ceremonias y vientos, Julio Fernandez a la guitarra y Tom Schuman en los teclados. Scott Ambush en el bajo y Bonny B en la percusión les completan actualmente.
En el escenario se portaron como era previsible: Muchas tablas, simpatía, y una innegable perfección técnica, pero con un resultado desalentador.
No les había escuchado desde sus primeros discos, a finales de los setenta, y ya entonces su estilo no me decía nada. A diferencia de bandas como Steps Ahead o Weather Report, su estilo era un jazz mas cercano al pop con unas estructuras musicales muy básicas: Un estribillo mas o menos afortunado repetido ad inifinitum con estrofas interminables de improvisación.
Lo peor fue comprobar que el concierto de ayer perfectamente podía haberse efectuado hace veinte años: Todo es exactamente igual. En el tiempo que llevo sin escucharles es descorazonador comprobar que siguen haciendo exactamente la misma música, con ocasionales influencias caribeñas. No hay riesgos, no hay evolución. Todo lo contrario a Scott Henderson a quien disfrutamos hace una semana. Spyro Gyra se ha quedado anclado en los setenta como un grupo que disfruta tocando juntos y que, a juzgar por las reacciones del público el tiempo que estuve, sigue teniendo un indudable atractivo, aunque algo me dice que el componente nostálgico es importante, y no tanto su valor intrínseco actual.
Y la semana que viene, Viktoria Tolstoi, a quien no tengo el gusto de conocer, y que seguiré sin conocer porque me voy a Barcelona a asistir al concierto de ZPZ