Diez años sin Kubrick
Ayer se cumplieron diez años de la muerte de Stanley Kubrick, y ha pasado prácticamente desapercibido. Y le echo de menos.
No ha habido otro como él, un autor de culto y al mismo tiempo de masas. Eastwood se le acerca, pero ha empezado tarde, y además es prolífico, al menos en comparación. No se ha estudiado lo suficiente que cada entrega de la obra de Kubrick era recibida por una generación distinta de público y críticos. Yo me subí al carro con Barry Lyndon (1975) y creo que es la película que menos veces he visto. Simplemente no me apetece verla en una televisión. Tengo grabada cada escena, cada mirada de Marisa Berenson, cada vela.
Como era previsible, tras su muerte se inició una corriente de desmitificación. Pues muy bien, para ellos la perra gorda. Vivimos en la generación de las descargas, no saben lo que es llorar de dolor en una sala oscura en silencio viendo Senderos de Gloria (Paths Of Glory, 1957), o la experiencia de ver 2001, Una Odisea del Espacio (2001: A Space Odyssey, 1968) en 70mm. O sonreir de gozo al ver en letras gigantescas de nuevo el nombre de Dalton Trumbo en Espartaco (Spartacus, 1960)
Internet lo ha matado, y no me refiero únicamente a las descargas. Cada película es diseccionada, expuesta, comentada, mutilada, opinada, meses antes de tener la oportunidad de verla, y todo comenzó en el tiempo con Eyes Wide Shut (1999). Quizás podía habérsela ahorrado, o haberla adelantado, pero el monstruo, la red, ya había nacido…
Pues que les den. Como dijo aquél: Padre, perdónalos porque no saben lo que dicen.
Kubrick ….¡qué impresionante gran maestro escultor de imágenes ¡…