Primeras sensaciones del #EBE09

Estoy a punto de cerrar el portátil y salir rumbo a mi ciudad natal, Sevilla, para participar en el Evento Blog de este año, en el que me he apuntado por primera vez. Mi intención original (y actual) era aprender de otros blogueros y conocerles si acaso un poco mejor. Para conseguirlo he seguido desde hace varios dias la etiqueta #EBE09 en Twitter. Por tanto, hablo desde el desconocimiento de un recien llegado y esta opinión es probable que varíe en los próximos dias, pero considero justo explicar por qué mi entusiasmo inicial se ha visto en cierta forma disminuido.

Por un lado, la Organización parece impecable y el programa interesante. Sin embargo, creo que se encuentra totalmente escorado hacia el mundo empresarial, hacia esa minoría de blogueros que tienen la suerte de vivir de su bitácora, o que les ayuda a mantener sus contactos o curriculum. No es una crítica en absoluto, es una visión distinta con la que puedes estar de acuerdo o no, pero mucho me temo que si eres como yo, un humilde bloguero que escribes unas lineas sobre tu tema preferido cuando te lo permiten tus otras obligaciones, y que te sientes feliz cuando tus artículos son comentados por al menos una persona que demuestra haberlo leido, este Congreso me temo que poco te puede aportar. No tengo cifras pero algo me dice que estoy hablando de una inmensa mayoría, la que no habla en sus bitacoras del mundo empresarial o de las últimas tendencias tecnológicas, de los que hablan de su ciudad, de su perro, o grupo favorito de trash metal. Vamos, que algo me dice que en el EBE se va a producir la mayor concentración en la historia de iPhones o similares de la historia. Yo intentaré a duras penas romperme la espalda cargando con mi viejo y pesado portátil con su autonomía de veinte minutos.

Y por otro lado, los twitteros participantes. Como ya he dicho he seguido y participado en el canal de Twitter del evento, #EBE09. Soy un twittero esporádico, y desde ya digo que el fenómeno Twitter me resulta un tanto cansino, pero esperaba toneladas de información útil y me he encontrado con que, si exceptuamos los mensajes escasos de la organización y sus innumerables RT, y algunos de utilidad limitada como los ofrecimientos de compartir transporte y demás, la inmensa mayoría bien pudiera confundirse con una kedada para el próximo botellón, y donde el mayor interés parece residir en los regalos que contiene la bolsa de bienvenida y dar a conocer al mundo que fulano se ha pelado para la ocasión (yo mismo) o está acostando a los niños. Todos parecen conocer a todos y parece difícil que tomen en cuenta a un recien llegado con un pequeño blog sobre… ¿música? ¿cine? y además ¡antigua!. Ejemplo: Me preparo un calendario en Google para no perder detalle y lo pongo a disposición de todos  en el canal. Silencio absoluto. Varias horas mas tarde, alguien conocido por el personal tiene la misma idea y recibe un aluvión de agradecimientos y reenvios . Pues vale.

Debo acabar y prepararme para el viaje. Ojalá a mi vuelta me desdiga de estas palabras. Estoy seguro de que aprenderé muchas cosas, saque provecho o no de ellas, y es posible que conozca a gente interesante.

Y por supuesto vuelvo a mi ciudad.

Para mi ya es bastante.