¿Existe todavía la cultura española?
El segundo aspecto que quería destacar de mi visita a Francia es el que mas recordaba de visitas anteriores, y el que antes comenzé a escribir y terminé calentándome en el artículo Muerete Alfonsina.
Vayas donde vayas, en las calles, las librerias, los cines, la presencia de la lengua y cultura francesas, en su sentido mas amplio, es omnipresente. Los artistas callejeros cantan supuestos clásicos en francés exclusivamente, las salas de cine están copadas por producciones francesas para las que la gente hace larguísimas colas, las librerías están repletas de novedades en la lengua de Voltaire. Parece existir una íntima comunión entre los artistas locales y el público general (no el especializado).
¿Cuándo fue la última vez que oiste por la calle a un artista cantando algún clásico en español? ¿O que pasaste media hora en una cola para ver una película española?
Pero hubo un tiempo en que era así, y probablemente duró hasta los 80. La gente se peleaba para ver Arrebato, o lo último de Saura o Borau. De la música mejor ni hablamos, y mira que se editaron bodrios en aquella época, pero los jóvenes todavía se reunían alrededor de una guitarra (aquí me vino el calentón el otro dia) y cantaban canciones en español desde Jara a Victor Manuel.
Y que conste que no digo que sea un fenómeno negativo necesariamente. La lengua no deja de ser después de todo una herramienta de comunicación, y si dentro de veinte años todos hablamos inglés o chino no pasará nada mientras siga cumpliendo su función.
Las causas de esa desafección son probablemente diversas y en gran parte desconocidas, y no pretendo descubrirlas ahora dado que no me encuentro capacitado. Quizá vivimos en un bajón después de la explosión de hace unas décadas, quizá los artistas han desconectado de su audiencia y se han encerrado en su mundo, quizá la cultura general del público ha descendido vertiginosamente para darse por satisfechos con los 40 Principales o la última de Wolfgang Petersen y no van mas allá. Probablemente sea una mezcla de todo.
La política de subvenciones ha inflado el ego de los artistas hasta el punto de no necesitar a una audiencia para subsistir, y no deja de ser paradójico que en una época como la actual con unas oportunidades ilimitadas de acceso a los productos culturales el público parezca mas indiferente a su influencia. No hace mucho que tras ver una pélicula por la que habías pagado unas pesetas podías pasar dias o semanas comentándola con tus amigos. El consumismo intelectual que nos invade hace que veamos tres películas seguidas que nos acabamos de descargar sin pararse a digerirlas adecuademente. O, en su caso, a vomitarlas.
Y no es cuestión de calidad. Discutía el otro dia con un amigo mi teoría de la “calidad proporcional”. Resumiendo, el porcentaje de productos culturales de calidad se ha mantenido constante durante la historia de la humanidad. No nos engañemos, basura la ha habido siempre digan lo que digan vuestros padres o vuestro amigo todavía colgado con la psicodelia. Simplemente la mayoría no ha sobrevivido al paso del tiempo ni al filtro de nuestra memoria colectiva. Actualmente tenemos acceso a una cantidad ingente de obras y por tanto el número de productos deplorables también ha aumentado proporcionalmente.
Mas bien parece que es tal la saturación que hemos perdido la capacidad de ver el bosque a través de los árboles, pero sigue ahí.
Personalmente me de absolutamente igual que si el producto es bueno la herramienta sea el español, el catalán o el inglés, pero me parece llamativo que vivamos de espalda a nuestros códigos cómunes mientras a un paso viven aferrados a ellos.
Y para terminar quiero aclarar que me refiero en todo momento a la cultura “de España”. La de Hispanoamérica es otro cantar. Literalmente. Vaya si lo es…
¿y la cultura europea?
¿ha existido alguna vez la cultura europea?
Básicamente no. Nunca ha existido. Fue un invento de alguien para enfrentarla a la norteamericana, con la que tenemos mas en común que con la danesa, por ejemplo.
¿No será que no somos europeos?
Culturalmente hablando, claro.
Un ejemplo de cultura europea.
http://es.wikipedia.org/wiki/Stefan_Zweig
El Europeismo es un concepto geográfico, y últimamente económico. No existe como concepto cultural. Tendrías que darme muchos ejemplos de escritores coetáneos de Zweig en diferentes paises europeos para considerarlo otra cosa que un gran escritor a quien exaltaron cincuenta años después los defensores de una opción política.