Maridajes – 1986
Según la Real Academia de La Lengua, maridaje es unión, analogía o conformidad con que algunas cosas se enlazan o corresponden entre sí; p. ej., la unión de la vid y el olmo, la buena correspondencia de dos o más colores, etc.
Se me ocurrió anoche iniciar una serie de artículos en los que selecciono, año a año, simplemente una película y un disco. No tienen por qué ser los mejores, ni lo mas representativos, sino simplemente ejemplos de lo que me viene a la memoria al pensar en un año concreto. Tampoco pretenden ser críticas profundas de cada obra. De hecho mi intención es mantenerlas lo mas sucintas posibles. Y para muestra un botón, concretamente un botón del año 1986:
EL CINE
Después de la relativa decepción que supuso para mí Vicky Cristina Barcelona anoche quise desquitarme volviendo al mejor Allen y mi elección fue Hannah y Sus Hermanas (Hannah and her Sisters, 1986), y resulta que la película no solo se mantiene increiblemente fresca sino que ha ganado mas profundidad y alguna que otra lectura mas en el camino.
Hasta la llegada de Match Point un par de décadas después ésta fue el mayor éxito de taquilla de Allen y es evidente que el guión fue escrito exclusivamente para su pareja de entonces, Mia Farrow. A pesar de ser un personaje relativamente discreto, todos los personajes gravitan y permanecen unidos gracias a ella. Por si fuera poco, las escenas hogareñas transcurren en el apartamento real de la actriz. Su madre real, Maureen O´Sullivan, también hace de su madre en la ficción, e incluso muchos de los niños que aparecen son sus propios hijos, incluida Soon-Yi, que terminaría – qué cosas – casándose con el director once años después.
Pero quería ser sucinto: Un balance perfecto entre el melodrama y la comedia, una espléndida selección de actores que dan lo mejor de si mismos (¡Ah, esa ruptura entre Hershey y von Sidow!), y un guión exquisito que funciona como un reloj hacen de Hannah y sus Hermanas probablemente mi película preferida de Allen.
LA MÚSICA
No hubo en 1986 una cosecha particularmente espléndida de grandes discos, pero sí algunos, y pensando en una maquinaria perfectamente engrasada donde todas las partes se ensamblan he elegido Skylarking, de XTC, la banda británica que ha tenido el raro privilegio de tener únicamente el éxito suficiente para mantenerse y hacer lo que quería, y lo que quiso en 1986 fue este disco, una maravilla pop con grandes canciones incluida Dear God, cuya letra bien podría haber escrito el personaje de Allen si no hubiera sido un cómico, y que curiosamente no aparecía originalmente en el álbum, siendo la cara B de un single, y que fue añadida a toda prisa tras su éxito.
Aparte de darme las gracias por presentarme a XTC, pues solo comentarte que cada vez que oigo la palabra maridaje o su verbo, maridar, no puedo evitar recordar un buen juego de palabras que hacía con ella Andrea Camilleri en su serie de libros sobre el comisario Montalbano… y con el recuerdo, las carcajadas que me entraron al leerlo. La pobre palabra se ha quedado "marcada" en mi cerebro.
A mi me recuerda 1986 a "Somewhere in time" de Iron Maiden y a "9 semanas y media". Me ha gustado la entrada y el planteamiento de "maridaje".
Saludos.
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