1961 – Oliver Nelson – The Blues and the Abstract Truth
Todavía faltaban algunos años, pocos, para que el rock y el pop alcanzaran una cierta madurez, especialmente en Europa, pero el jazz estaba en pleno apogeo, con joyas apareciendo cada dos por tres, como ésta que he elegido para ilustrar el año 1961.
El año anterior se había aprobado en Estados Unidos una ley anti-monopolio dirigida fundamentalmente a limitar el poder de las grandes cadenas de comunicación, que se vieron obligadas a dividirse en empresas mas pequeñas. Así, la MGM terminó creando Verve Records y la ABC-Paramount creó la Am-Par Record Corporation que se encargaría de la producción discográfica. A su vez, la Am-Par creó un sello especializado en jazz y lo llamó Pulse! hasta pocos días antes de su estreno oficial cuando descubrieron que el nombre ya existía y estaba registrado.
Listos como eran, y con todo el marketing y logos preparados, no iban a empezar desde cero, así que Creed Taylor, productor consagrado de jazz contratado por Am-Par, le añadió el «Im» delante y se quedó tan pancho.
Creed Taylor se largaría precisamente a Verve en verano de 1961, pero unos meses antes, en febrero, reunió al famoso compositor y arreglista Oliver Nelson para que interpretara algunas de sus composiciones para saxo alto y tenor y para acompañarle llamó a Bill Evans (piano), Freddie Hubbard (trompeta), Paul Chambers (bajo), Roy Haynes (batería), y Eric Dolphy (saxo alto y flauta). El excelente compositor que era Nelson ofreció seis temas, todos siguiendo el esquema de doce compases clásico del blues (de ahí el título) y todos menos uno, Teenie’s Blues, para la misma formación: Saxofón alto, tenor y barítono, trompeta, piano, bajo y batería. Teenie’s Blues terminó siendo compuesta para dos saxofones altos, piano, bajo y batería.
El disco fue un éxito desde su lanzamiento, de ventas y crítica, y fue uno de los primeros en ser emitido con profusión por las cadenas de radio generalistas, no especializadas. El primer tema, Stolen Moments, compuesta un año antes como «una composición en dieciséis compases derivada de un blues en Do menor» , además, terminó convirtiéndose en un estándar y el mismo Nelson fue llamado para adaptarla a distintas bandas y formaciones en los años venideros (incluso se le terminó añadiendo una letra).
Stolen Moments fue sin lugar a dudas el momento cumbre de Nelson. A pesar de ser un excelente saxofonista su principal talento y por el que era requerido era el de compositor y arreglista. Incluso llegó a componer alguna que otra obra sinfónica, y era habitual de las producciones de Broadway, por lo que su nombre no es tan conocido hoy en dia como los de sus compañeros en este disco. Desgraciadamente fallecía en 1975 con tan solo 43 años de un ataque al corazón…