Fripp & Travis en Malaga
Robert Fripp dedicó buena parte de los 90 a sus Soundscapes, en los que en solitario experimentaba con bucles de sonido a los que iba añadiendo capas sonoras de forma aparentemente aleatoria para crear texturas insospechadas en un ejercicio indisimulado de onanismo musical. La influencia de Brian Eno es evidente en esta etapa y Fripp dedicó mucho tiempo, giras mundiales y varios discos a dar a conocer estos nuevos mundos, que volvía a visitar cada cierto tiempo.
Pero al igual que la propuesta, siempre consideré que estos mundos estaban mas que explorados y Fripp estaba encerrado en un bucle sin fin en el que ya no le quedaban caminos que explorar. La propuesta estaba simplemente agotada.
A pesar de ello, no dudé ni un momento en comprar las entradas para el concierto de anoche en el Teatro Echegaray de Málaga. Un recinto pequeño recientemente restaurado por completo pero que adolece de una excesivamente corta separación entre filas y una decoración demasiado funcional y de oficina.
Theo Travis es un saxofonista bastante conocido y apreciado en círculos de jazz y progresivo que ha trabajado en varios proyectos de Steve Wilson (Porcupine Tree, No-Man) y con bandas como Gong o Soft Machine en sus últimas reencarnaciones. Recordemos que Steve Wilson ha sido el encargado por Fripp para remasterizar todo el catálogo de King Crimson así que he de suponer que por ahí viene la conexión.
Y con éstas llegaron ambos a Málaga para actuar durante dos noches como parte de su gira. A propósito me abstuve de oir el disco que han grabado, Thread (2008) aunque admito que iba con reservas. Las referencias que me llegaron del concierto de la noche anterior tampoco ayudaron, precisamente.
Para mi sorpresa, resultó ser un concierto excelente. Salvo una versión de Moonchild, de King Crimson, apenas reconocible, no puedo dar el nombre de ninguno de los temas que interpretaron, pero no hace falta. Por un lado la calidez orgánica del saxo de Travis, apenas alterado salvo por algún que otro loop, y por otro lado la guitarra de Fripp, que casi nunca sonaba como tal, fructificaron en uno de los mejores conciertos que he visto últimamente. Incluso, y es mucho decir, diría que Fripp parecía disfrutar con la experiencia, y con gestos, y éstas son palabras mayores, que podían fácilmente confundirse con simpatía.
El lienzo musical que tejían entre ambos era rasgado por Fripp en el momento justo, con una acometida distorsionada reminiscente de los mejores Crimson, y volvían a pintar un nuevo cuadro. No había tiempo para aburrirse. La participación de Travis aligeraba los trazós quizá demasiado metálicos y abruptos de Fripp.
Ambos dieron una clase magistral no sólo de pericia técnica, que no tienen que demostrar a estas alturas, sino también de cómo dos artistas aparentemente nada afines pueden fundirse en uno solo y transmitr desde un desnudo escenario toda una gama de sensaciones a su auditorio.
Y, para mi, lo mas importante: Fripp parece haber encontrado la puerta de salida. Otra cuestión es que quiera atravesarla.
Aquí la crítica de uno de mis acompañantes, David González.
Mandado por JL por email:
Bueno Carlos, en principio sí. Bueno yo la labor con sounscapes de los 90 me parece excelente. Efectivamente en los 2000 estaba atascado. MI TAMBIÉN ME PARECIO CURIOSA la contraposicion de la finura de Theo con la flauta y el soprano con la fiereza metáica casi de Fripp. PEro eso siempre ha sido marca de Fripp unir lo más cacofónico con las melodías más absolutamente delicadas, los ritmos más pausados y relajantes con los polirritmos más en el límite; el féismo con lo más bello, lo más delicado con lo más metálico…
Y creo que no me expresé bien cuando te hablé del concierto. A mí me gustó bastante, lo que me pareció fue demasiado corto y sobre todo porque los dos últimos temas fueron absolutamente brillantes y claro cortarte justo ahí me pareció como una invitacion a que compraras el cd Live que vendían a la salida. Y por ahí no paso.