Ziggy Stardust and the Spiders from Mars
Corría el año 1973. Bowie estaba deseando dar puerta a su personaje mas emblemático, el extraterrestre Ziggy Stardust que hace su aparición en el disco homónimo de 1972, y a su banda (Mike Ronson, Mick Woodmansey y Trevor Bolder), asi que en 1973 se embarcó en una gira de despedida. El 3 de Julio de 1973 tuvo lugar la actuación en el Hammersmith Odeon de Londres y D.A Pennebaker se encargó de dirigirlo de una forma un tanto caótica.
La película en si ha tenido una vida azarosa. No fue estrenada hasta el Festival de Edimburgo del 79 y permaneció inédita de forma general en los cines hasta el 83. La causa principal fue la elección del director: Pennebaker fue elegido por Bowie tras haber visto el documental que hizo de Bob Dylan “Don´t Look Back” (1967) con su estilo de cinema verité y su práctica nula preparación de luces y sonido. Y eso fue lo que hizo en Ziggy: Es, literalmente, un concierto filmado. No hay iluminación ni mezcla de sonido específica para la filmación, simplemente se grababa lo que ocurría en el escenario, tal cual. Y claro, estamos a principios de los setenta…
La calidad resultó desastrosa, con un sonido practicamente inaudible y unos colores degradados a mas no poder. Aunque el concierto se editó en el 84 en VHS, fue directamente a las estanterias y ahí se quedó hasta que la tecnología estuo lo suficientemente avanzada como para arreglar el desaguisado. El resultado salió a la luz en el trigésimo aniversario del concierto con una mezcla 5.1 y una imagen remasterizada. Evidentemente lo que la tecnología no puede hacer es milagros, y de donde no hay no se puede sacar. Asi, la calidad técnica de este DVD está por debajo de lo que estamos acostumbrados en documentos de esta época.
El concierto en si es una muestra apabullante de los extremos a lo que el rock de la época llegó, y un rosario de canciones legendarias de la mejor época de Bowie. Lástima que algunas joyas que se tocaron el el concierto se quedaran en la sala de montaje, como Jean Genie, asi como algunas actuaciones estelares como la de Jeff Beck (a petición propia) pero el resultado final es una joya que, si consigues ignorar los defectos técnicos, te transporta a una época en la que el rock podía cambiar el mundo, aunque fuera gracias a un marciano andrógino.
Mención aparte merecen las “arañas”. Pocas veces una banda de acompañamiento ha tenido tanta influencia en el artista “acompañado”. Es realmente injusto olvidar a Mike Ronson y su participación en el Bowie de los 70. Muchos de los grandes momentos y riffs de esa época son debidos a la banda y a Ronson en particular. Estos tres elementos estaban con Bowie mucho antes de que les cambiara el nombre por las arañas de marte (junto a Rick Wakeman, que se fue poco antes del cambio) y le acompañaron de forma mas o menos estable hasta Pin-ups (1973). Ziggy Stardust y los álbumes inmediatamente anteriores y posteriores deben tanto a ellos como al propio Bowie.