Ellos y Ellas
Todo en Ellos y Ellas (Guys and Dolls, 1955) es raro. En plena época dorada del musical, Samuel Goldwin, jerarca de la MGM, propuso a Joseph L. Mankiewicz, la versión cinematográfica del éxito de Brodway homónimo escrito por Frank Loesser, y para interpretarla escogió a una pareja de actores, Marlon Brando y Jean Simmons, sin experiencia en musicales, colocando en un segundo plano a Frank Sinatra.
¿Funcionó la apuesta? Pues relativamente. La película dura casi dos horas y media, y no tiene ningún número de esos que permanecen en el recuerdo. Es posible que Goldwin fuera un visionario que comprendiera que musicalmente la obra no podía competir con los clásicos del género, y por ello mismo apuntaló otros factores: Brando y Mankiewicz.
Bando se traga literalmente cada escena en la que aparece. Es un puro animal de la escena y una personalidad magnética que oscurece todo lo que le rodea, consiguiendo que no nos fijemos en lo débil del planteamiento. Es probable que el mismo Brando impusiera a Mankiewicz, con tanta experiencia musical como él mismo pero con el que había trabajado apenas un par de años antes en Julio Cesar (Julius Caesar, 1953) y en quien confiaba plenamente y que con un guión magnifico consigue ocultar las debilidades del original mientras que consigue manejar con habilidad el inusual número de personajes secundarios que tiene esta película.
Resumiendo, un musical que se aparta del prototipo, y el único ejemplo que tenemos de Brando cantando. Solo por ello ya merece la pena disfrutar de esta rareza.