Victor Bailey contra la Fisica
Pocos podían imaginar en 1980 cuando Weather Report lanzaba su gran disco Night Passage que sería el último de Jaco Pastorius al bajo, dado que su formación por entonces estaba considerada la mejor de su historia (Shorter, Zawinul, Thomas, Erskine, y Jaco). Le sustituiría un muchacho de Brooklyn de apenas veinte años, Victor Bailey, que permanecería en la banda hasta su disolución apenas cinco años mas tarde.
Bailey volvería a encontrarse a finales de los 90 con Joe Zawinul al unirse a The Zawinul Syndicate, pero antes participó en los últimos estertores de Steps Ahead, y fue músico de estudio y de giras con multitud de artistas desde Miriam Makeba a Madonna pasando por el gran Larry Coryell.
Éste es el hombre que ayer pasó por el Portón del Jazz en su edición de este año en el segundo concierto del Festival.
Con un aspecto francamente desmejorado, andando a duras penas con la ayuda de un bastón y quejándose constantemente de dolor en su mano izquierda, la cosa no prometía demasiado, especialmente teniendo fresco el concierto de una semana atrás.
Pero los grandes tienen estas cosas. Tan pronto como tomó en sus manos su Fender Signature todos nuestros temores se esfumaron. Con tres de sus cuatro extremidades dañadas, lo que Victor Bailey ofreció anoche fue una lección magistral del uso de este aparentemente limitado instrumento. Concentrándose como era de esperar en sus temas en solitario y acompañado de un espectacular batería y unos guitarras y teclado quizá no a la altura, Bailey pasó por el escenario del Portón sentando cátedra tocando el bajo usando todos los recursos disponibles y con una fusión contagiosa de jazz y funk.
Hablaba el año pasado de cómo Spyro Gyra parecían anclados en el pasado. Victor Bailey es prueba viviente de todo lo contrario. Con movimientos por el mástil que parecían desafiar las leyes de la física conseguía extraer del instrumento una serie aparentemente infinita de matices sonoros y rítmicos. Por lo que se vió anoche bien podrían cortarle el meñique. Por lo que a mi respecta, tras lo de anoche, iría a verle con las dos manos escayoladas.
Al final, sin que nadie se lo pidiera, el enorme batería (en todos los sentidos) regaló sus baquetas a una niña con Síndrome de Down que estaba en primera fila. El Portón volvió a llenarse, el acceso fue mucho mas profesional, y cuando Bailey dejó el escenario definitivamente, desde la mesa de mezclas picharon el Heavy Duty Judy de Frank Zappa.
¿Alguien da más?
Menudo concierto nos ofreció Victor. Buen comentario y buenas fotos Arroyero. El portón como bien me dijiste el viernes pasado, se ha quedado pequeño. Gracias por tu aportación a este gran mundo de la música.
Un saludo
hola quisiera saber como pudiste poner a funcionar el plugin de flickr de lo agradeceria muchisimo!