Maridajes – 1970
Qué maravilloso es descubrir, cosa que sucede muy de tarde en tarde, una rareza de la que no habías oido hablar anteriormente. Hoy nos vamos a los setenta, con un maridaje poco conocido…
LA MÚSICA
En 1970 la banda Affinity publicaba su primer y único trabajo, titulado como la banda, que estaba formada por Grant Serpell (batería), Mo Foster (bajo), Mike Jopp (guitarras), Linda Hoyle (voces), y Lynton Naiff (teclados). Aunque no fue un éxito comercial, la publicación de este disco les supuso firmar un contrato por tierras americanas en 1971, pero Hoyle, que antes de grabarlo se había pasado unos meses en el dique seco por unos nódulos vocales, decidió que tanto esfuerzo no merecía la pena para tan poco resultado y abandonó el grupo. Su voz era tan fundamental para la banda que decidieron disolverse tras cumplir los contratos firmados.
A finales de los 60 una serie de artistas (Miles Davis, Blood Sweat and Tears, Cream, o el mismo Hendrix) estaban ya jugando con los límites entre el rock y el jazz, y es en este movimiento en el que hay que situar este disco, que en su versión original acababa con una versión espectacular – y larga – del All Along the Watchtower de Dylan (posteriores reediciones en CD añadieron temas extras).
Aquí os incluyo el corte de Dylan en cuestión y el que abre el disco, I Am And So Are You.
Hay que destacar especialmente la voz de Hoyle y el Hammond M102, idéntico al que pocos años antes habían usado los Procol Harum para su clásico “Winter Shade of Pale”
EL CINE
Aunque un tanto olvidado hoy en día, Michelangelo Antonioni fue durante una época el director que con mejor acierto supo trasladar las inquietudes culturales de los sesenta al cine, principalmente con sus trabajos de principios de la década (La Aventura, La Noche y El Eclipse), todas con Monica Vitti.
Era cuestión de tiempo que acabara en Hollywood, pero la suya fue una excursión mas que un viaje propiamente dicho, dado que solo rodó una película allí, que es precisamente la que nos ocupa: Zabriskie Point.
Masacrada por la crítica en su estreno, esta historia de unos activistas en busca de algo por lo que luchar pasó a ser directamente carne de cine-club, algo que no era algo precisamente malo en aquella época, especialmente en Europa. Lo que no entiendo es lo que esperaba la MGM al financiarla, probablemente repetir el éxito de películas de lo que dio en llamarse la “contra-cultura” (Easy Rider de Hopper y More… de Schroeder, principalmente, ambas de 1969). Sin embargo, Antonioni resultó ser un bocado demasiado dificil de digerir.
La película en si merece ser vista principalmente por la visión de un iconoclasta de unos mitos de la contracultura americana de la época, y por la excelente banda sonora, compuesta por gente como Patti Page, Los Rolling Stones, Pink Floyd o los Grateful Dead.